¡Datos muy interesantes para terapias muy especiales!
Cambios físicos
Movimiento tridimensional - El movimiento del caballo estimula los músculos y articulaciones del beneficiario, propiciando una mejora en el equilibrio, la coordinación y la postura.
Estimulación sensorial - Montar a caballo estimula múltiples sentidos, generando efectos positivos en la atención, la integración sensorial y la regulación emocional.
Regulación tono muscular - Montar a caballo genera estímulos sensoriales que regulan el tono muscular, como la hipotonía e hipertonía.
Transferencia de calor - El calor del caballo durante la intervención propicia un alivio a la tensión muscular y promueve la relajación corporal, brindando bienestar al beneficiario.
Fortalecimiento muscular - Montar a caballo desafía el control postural, mejorando la alineación corporal y la estabilidad.
Mejora del control postural - Montar a caballo genera estímulos sensoriales que regulan el tono muscular, como la hipotonía e hipertonía.
Cambios psicologicos
Beneficios psicológicos - Durante la intervención se propician sentimientos de vinculación con el caballo, generando una mejora en la confianza, la autoestima, la motivación y el estado de ánimo general.
Efecto terapéutico en trastornos del neurodesarrollo - La equinoterapia ha tenido éxito en tratar trastornos como el autismo y el síndrome de Down, mejorando las condiciones físicas, cognitivas y psicoemocionales del beneficiario.
Estimulación del sistema vestibular - El movimiento tridimensional del caballo tiene efectos a nivel vestibular, lo que propicia una mejora en el equilibrio, coordinación y percepción.
Estimulación del sistema nervioso central - La equinoterapia estimula el desarrollo neuromotor y cognitivo, mejorando la planificación motora, la atención y la toma de decisiones.
Fomento de la comunicación no verbal - La interacción con el caballo durante la equinoterapia desarrolla habilidades de comunicación no verbal, como la expresión facial, el lenguaje corporal y la interpretación de emociones.